No duele el cuerpo, duele el alma. Y, el alma duele previamente. Ese previamente es el pensamiento de que duele.
A donde vas cuando te anesteslan?
Esa es toda la conciencia y toda creencia que tenemos desde el zen frente al dolor. La infinita misión de este proceso es conseguir alcanzar la posibilidad de tratamientos eficaces que combinen los dos aspectos fundamentales de las personas, lo tangible y lo intangible. Por eso, en estas fechas de una vuelta a la persona de la persona, proponemos vías de comunicación entre el oriente y occidente de nuestra mente, para el bien de nuestro cuerpo y nuestro alma.
...no le busques sentido, no lo tiene.
maestro zen.
martes, 18 de marzo de 2008
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